Iluminemos el mundo con nuestra luz interior

Maureen Aragón R.

Pero en este mundo de sombras,¿ en donde encontrar la luz?

no creo que exista una única solución,

pero creo que todos los caminos llevan al interior.

Existe el silencio, existe el interior,

si cerramos los oídos y los ojos lo podemos percibir,

hasta el mundo se detuvo para equilibrarse

¿Cómo puede ser que no pueda yo?

Y en silencio, como diría el Padre Ignacio,

en la última soledad del ser,

en el preludio de la muerte,

en donde estamos solos,

yo y yo

y Dios y yo.

Sin respuestas, sin certezas, sin ruidos,

sin las millones de voces y

luces fatuas de la

estupidez exterior.

Y si la muerte me llama,

y si el mundo se cae,

y si no tenemos un mañana

y si no puedo volver a ver a la gente que quiero

y si pierdo lo que tengo,

¿de verdad a estas alturas de la vida creo que tengo algo de control?

El único camino que tengo me lleva al interior,

en silencio, con mucho esfuerzo y con la ayuda de Dios,

enfrentando a mi más temible enemigo de siempre : el enigmático Yo.

Yo, la voz más dulce que susurra en mi oído,

yo, el enemigo que no me deja dormir,

yo, el amigo que me acompaña desde que he nacido,

Yo, el primer pronombre que debe morir.

Yo, el niño malcriado que quiere que el mundo juegue su juego.

Yo, el niño al que con amor hay que dormir.

El niño o la niña que hay que dormir,

para que pueda descansar por una vez en su vida,

y entienda que lo que haga o deje de hacer

no va a cambiar al mundo exterior,

y que aprenda a aceptar

que solo tiene que ser y agradecer,

y que aunque el mundo se caiga mil veces puede sobrevivir,

a cualquier cosa si aprende a encender la luz en su interior,

y tal vez algún día podamos juntarlas y con todas ellas iluminar la oscuridad exterior.